miércoles, 3 de noviembre de 2010

Distribución, color y temperatura de sala de clases inciden en el rendimiento escolar


Más de 30 alumnos mirando hacia el pizarrón, este el típico escenario que se repite de norte a sur en muchas salas de clases. Una forma de aprender que debería quedar en el pasado, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). 
La investigación sugiere que la infraestructura de las escuelas puede influir de manera significativa en el aprendizaje de los alumnos. 
De esta manera, un estudiante de tercero básico de una escuela urbana promedio en Latinoamérica tiene un nivel de 2 en la prueba del Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Serce), esto implica que puede leer, pero no comprender. Si a ese mismo niño se le dispone de biblioteca, sala de computación y sala de artes y ciencias, el promedio aumenta a 3, lo que le significa que no sólo puede comprender lo que lee, sino además es capaz de integrar información.  
La pregunta se centra en cómo alcanzar una reestructuración de los establecimientos educacionales en la región. “Los alumnos deben comenzar a trabajar  en espacios multidisciplinarios, donde puedan hacerlo en forma individual y grupal para que los profesores atiendan las necesidades de los alumnos diferenciadamente”, explicó Marcelo Cabrol, uno de los expertos.  
En cuanto a la sala de clases, la tendencia más fuerte apunta a que tengan forma de “L” y que se divida en tres sectores. “La parte más amplia debería destinarse para aprender de la manera convencional, la esquina para que los alumnos tengan un sector donde experimentar, y la parte más corta para trabajar en grupos”, precisó el especialista.  
Un escenario que para muchos podría traducirse en una millonaria inversión para reconstruir. Sin embargo, el estudio aclaró que basta con recrear la distribución de una sala de clases a través de la ubicación de los muebles.   
Según la investigación, otros de los factores que influyen en el aprendizaje es la temperatura. Ésta debiese oscilar entre los 21 y 23 grados, por lo que es ideal que los establecimientos cuenten con aire acondicionado, explicó.  
El color de las paredes tampoco debería quedar al azar. Lo más adecuado es la combinación del azul, que aumenta el bienestar, y el rojo, que fomenta la creatividad.    
Según el estudio del BID, las plantas también juegan un rol  importante. Una sala de tamaño normal debería incluir alrededor de cuatro plantas, ya que ayudan a eliminar los elementos contaminantes de la atmósfera, facilitando el aprendizaje de los estudiantes, citó la investigación.


Fuente: Diario La Tercera  [http://www.latercera.com/noticia/educacion/2010/11/657-304533-9-distribucion-color-y-temperatura-de-sala-de-clases-inciden-en-rendimiento.shtml]

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